¿QUÉ SE NECESITA PARA LLEVAR FRUTO?

Leamos con detenimiento Juan 15:5 y descubramos dos claves indispensables en materia de producción.

“4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden. ”

La clave es PERMANECER CONECTADOS

Dicho en otras palabras, permanecer conectados determina los niveles de producción. A mayor relación, conexión y permanencia mayor cantidad y calidad del fruto.

Notemos algo, los buenos frutos que los hijos de Dios pueden llevar, no son producto de su propio esfuerzo, sino que son producidos por Cristo y por el Espíritu Santo, pues no son frutos que ellos puedan producir por sí mismos.

Leamos Filipenses 1:11

“…llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”

El ejemplo mayor de conectividad es el Padre con el Hijo

Juan 17:20 20 »Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Si te conectas a Dios Padre, inmediatamente te conectas al Hijo y al conectarte al Hijo te conectas a su Cuerpo, la Iglesia, en otras palabras, a su familia. Esto es perfecta unidad. Es esta unidad la que se expresa en el bautismo. Únicamente en estas condiciones la vida del Padre se expresa en la vida de sus hijos.

El reino de Dios se estructura con base en un orden, por tanto, resulta imposible el querer estar unidos, conectados a Dios sin querer estar unidos y conectados con su cuerpo.

De hecho, la conexión exige compromiso, amor y entrega, hasta en los más mínimos detalles, fieles en lo poco, esto es precisamente lo que muchos rehúsan tener en su vida y es por eso que experimentan sequedad, esterilidad y muerte. Pero si de dar fruto en cantidad y calidad se trata, la clave es permanecer conectados.