EL PROYECTO AVANZA
La Palabra de Dios afirma en el libro a los Efesios capítulo 6:12 que:
“..… no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (RV60)
La versión Dios Habla Hoy presenta lo siguiente: “Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.”
Otra versión dice: “Porque no luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan en el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual.” (NTA)
Por tanto, al ser una batalla espiritual, lo que nos conviene hacer es luchar con armas espirituales. Una de las armas espirituales más poderosas es el AMOR. Pensando en ello es que “Casa de Adoración” ha asumido la responsabilidad de llevarlo a la práctica y para ello, ha creado una ESTRATEGIA DE GUERRA llamada “PROYECTO AVANZA”, con el fin de dar a conocer a Jesucristo en todo momento y lugar y así despojar al infierno de almas que le pertenecen únicamente a Jesús.
Somos el Pueblo de Dios, formamos parte de su Cuerpo y somos portadores de su presencia, de modo que nuestro deber, es llevar a cabo este proyecto durante todos los meses del año con diligencia y compromiso.
Pero, ¿Cómo poder llevarlo a cabo? Armándonos con AMOR, el mismo que puede ser expresado de diferentes maneras tales como: palabras, actos, servicio, tiempo, atendiendo necesidades de otros, etc.
El Espíritu Santo ha prometido estar con nosotros y guiarnos en todo momento. Por tanto, adoptemos un vecindario, una familia, una persona, etc., llevemos la luz y el amor de nuestro Señor Jesucristo donde mas se necesite.
Nuestro Padre celestial esta contando con nuestra participación. Somos sus manos y sus pies en esta tierra.
Como podemos ver, este proyecto no es un evento más de nuestra congregación, sino surge como la urgencia de nuestro Dios por llevar su transformación a nuestros barrios y ciudades.